- Limpieza diaria.
Un taller es un espacio proclive a la suciedad. Aceites, disolventes, grasa y otros productos se entremezclan y si no se limpian de inmediato pueden generar un problema. Cualquier mancha que se produzca debe ser limpiada casi ipso facto. Existen materiales absorbentes que hacen de este un trabajo sencillo, que evita posibles resbalones, No utilices disolventes inflamables, ni productos corrosivos. Si se deja que las manchas se sequen, limpiar el taller supondrá mayor tiempo y esfuerzo. Y no solo el suelo, también las herramientas se deben limpiar a diario para alargar su vida útil. Por supuesto, la limpieza diaria de los materiales hará que funcionen mejor.
2. Disponer de contenedores o papeleras.
El taller debe contar con recipientes en los que depositar los residuos que se generan. En este caso hay que prestar atención especial a los productos que necesitan de una eliminación especial. Por ejemplo, bidones metálicos con tapa para los productos fácilmente inflamables o las bandejas de recogida para los líquidos. En definitiva, colocar recipientes identificados para que los desechos se organicen también desde el primer momento
3. Estanterías y bancos de trabajo ordenados.
Permitirá, entre otras cosas, que no se pierda tiempo buscando los útiles necesarios para desempeñar el trabajo. Tener las herramientas en estanterías y bancos de trabajos ordenados facilitará, y mucho, el quehacer diario. Esto también atañe a otros productos como pinturas y planchas, limpiar el taller será mucho más fácil si se encuentra ordenado. La clave es concienciar a los colaboradores para que una vez acabado su trabajo coloquen las herramientas, limpiadas tras acabar la jornada, de nuevo en su sitio correspondiente. Siempre procurando no sobrecargar estas estanterías.
4. Señalización.
En relación con el orden, la señalización aparece como otro factor a tener en cuenta. Acotar las zonas de trabajo, las señales de advertencia de peligro y obligatoriedad de uso de ciertas medidas son fundamentales. También diferenciar las zonas de acceso de clientes y personal. Si dispones de un área en la que atiendes a los clientes has de prestar especial atención a su limpieza
5. Taller libre de obstáculos.
Evita los tropiezos solo prestando un poco de atención al lugar donde se dejan cajas, carretillas y otros elementos. No se han de tirar las cosas al suelo mientras se trabaja. Recoger inmediatamente cualquier herramienta, trapo u otro material hará que limpiar el taller suponga menos esfuerzo. Las zonas de paso y las áreas de trabajo deben estar libres. Obstruir o dificultar el paso en el taller afecta a la productividad y rebaja los niveles de higiene en el taller. Por supuesto, no debes bloquear los extintores, mangueras, escaleras y salidas de emergencia con cajas o máquinas
6. Higiene de los trabajadores.
La limpieza en el taller empieza por los que forman parte de él. Utilizar en cada momento el material adecuado evita la acumulación de manchas. Para limpiarse las manos, si no se han usado guantes, es importante no utilizar disolventes para evitar las dermatitis. Para mostrar mejor imagen, un pequeño truco: la ropa oscura disimula las manchas.